Sandro Hernández | Secc. “Jirón Soledad”
Letargo de abril
infinito e indómito
que me relega a un rincón mental
en el que no existe satisfacción,
en donde lo único que me acompaña
es el recuerdo de aquellos días grises
en los que la calidez de mi café
me devolvía un atisbo de paz interior.
Quimera de mayo,
abandóname la noche en la que mis lágrimas sequen
y la metafísica de mis sentimientos
quepa en la palma de mi mano
temblorosa, dubitativa.
La gente susurra,
ingrata e injusta.
Dios está enfermo, Vallejo.
¿Será este el día en el que nuestro salvador
ascienda desde los infiernos de la soledad incesante?

Letargo de abril, quimera de mayo.
Un dios convaleciente
y un ángel de la guarda que no me responde el teléfono,
mientras en las puertas de un cielo atemporal
yace colgado un cartel que reza:
“Hoy no fío, mañana sí.”